Este plato pertenece a la cocina manchega y su gran popularidad se debe a que se nombra en las primeras líneas de la obra cumbre de la literatura española: El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes.
Existen varias teorías sobre su origen pero ninguna certeza de su veracidad. Igualmente se desconocen sus verdaderos ingredientes pues es un plato que no aparece en ningún recetario de la época, suponemos que puede ser porque al ser tan sencillo se creyó que no era digno de figurar en ellos o porque Cervantes con su ironía le haya cambiado el nombre. Los entendidos suponen que contenía tocino, algo de casquería, como sesos, y huevos, ya que Sancho en otra parte de la novela nos aclara algo los ingredientes utilizados.
Actualmente se hace con chorizo, panceta y huevos, aunque algunos cocineros también incorporan ajos y cebolla.
Es un plato muy sencillo, su realización es más o menos como la de un revuelto; con él queremos rendir homenaje a la obra más destacada de nuestra literatura y una de las más importantes de la literatura universal.
Ingredientes por ración:
50 grs. de panceta entreverada (curada y en su punto de sal)
50 grs. de chorizo poco curado
2 huevos grandes
½ cucharada de aceite de oliva
Sal (opcional, yo no puse)
Cortamos la panceta en lonchas pequeñas y no muy gruesas y la ponemos al fuego en una sartén con la media cucharada de aceite.
Cuando empiece a dorarse añadimos el chorizo cortado en taquitos.
Cocinamos un par de minutos; si vemos que tiene demasiada grasa retiramos una parte.
Batimos ligeramente los huevos, si hace falta les ponemos algo de sal, yo no le puse pues con la que aporta la panceta y el chorizo fue suficiente, los echamos junto a las carnes, mantenemos al fuego removiendo hasta que hayan cuajado a nuestro gusto, no demasiado porque se quedaría muy seco.
Servimos caliente acompañado de nuestro pan preferido, que puede ser tostado o sin tostar.
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