Lo titulo caldo de fréjoles pues antiguamente, no sé si en toda Galicia, en la zona en donde yo vivía se utilizaba más ese término que el de caldo de judías, últimamente se hace mucho menos, dejando el protagonismo al de grelos o repollo.
Las judías verdes se cultivaban en Galicia en la época veraniega. En tiempos de mi niñez no se comercializaban todo el año como ahora, y como tampoco se disponía de congeladores para guardarlas, cuando llegaba la abundancia de las judías en las huertas había que consumirlas. Una de sus preparaciones era el caldo de fréjoles.
Yo lo he comido hecho de dos maneras distintas, una que lleva carne salada y otra que solamente lleva un poco de unto y un refrito. Los dos están ricos pero si me tengo que decantar por una de las dos lo hago por esta última.
Ingredientes:
500 grs. de judías verdes
4 patatas medianas
½ cebolla
2 dientes de ajo
Un trocito, como una nuez de unto
1 cucharadita de postre de pimentón dulce
3 cucharadas de aceite
Sal
2 litros de agua, más o menos dependiendo de como nos guste de espeso.
Se da por descontado que las judías deben ser tiernas, sin hilos y las patatas de buena calidad (utilizo patatas gallegas Kennebec).
Ponemos una olla al fuego con agua, cuando empiece a hervir añadimos las judías despuntadas, cortadas en trozos y lavadas. A los diez minutos incorporamos las patatas chascadas en trozos pequeños. Salamos.
Mientras se van cociendo ponemos una sartén al fuego con el aceite, el unto, la cebolla y el ajo bien picaditos, dejamos que se vayan haciendo a fuego lento, cuando esté la cebolla tierna y el unto de haya derretido ponemos el pimentón y rápidamente antes de que se queme volcamos el refrito en la olla del caldo, dejamos cocer hasta que las judías y patatas estén en su punto y ya está listo.
De todas maneras si se prefiere hacer con carnes aquí pongo la receta:
Ingredientes:
500 grs. de judías verdes
4 patatas medianas
Carne salada de cerdo (espinazo, costilla, codillo de jamón, lacón, oreja, rabo, cabeza, tocino…)
1 hueso de ternera (opcional)
1 o 2 chorizos poco curados.
3 litros de agua
Un trozo de unto del tamaño de una nuez
El día anterior ponemos las carnes que vayamos a utilizar a remojo para desalarlas.
Ponemos una olla con el agua y las carnes que vayamos a utilizar al fuego, cocinamos hasta que estén tiernas, las retiramos y echamos las judías lavadas y troceadas. Cuando las judías estén a medio cocer añadimos las patatas chascadas en trozos no muy grandes y los chorizos.
Cocinamos unos treinta minutos hasta que esté todo bien cocido. Al finalizar la cocción lo ajustamos de sal, porque hay que contar la que proporcionan las carnes, ya que aunque estén desaladas siempre aportan sal.
A este caldo no le ponemos refrito porque con la grasa y sustancia que dan las carnes no es necesario.
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