Ingredientes:
1 conejo troceado
150 grs. de panceta al punto de sal
1 cebolla
3 dientes de ajo
8 cucharadas de aceite
1 vasito de coñac o brandy
1 vasito de vino blanco
Harina para rebozar
Perejil
Pimienta negra
Tomillo seco o fresco
Sal
Patatas pequeñas
Aceite para freír las patatas.
Yo hoy utilicé coñac porque disponía de él en este momento pero también puede ser brandy.
Adobamos el conejo con el coñac, el ajo y perejil triturados, la pimienta, el tomillo y la sal. Lo dejamos marinar dos o tres horas.
Cortamos la panceta en bastoncitos y la freímos en el aceite, cuando empieza a coger color la retiramos y reservamos.
La panceta que yo compro está en su punto justo de sal, si la compramos salada la desalaremos un poco. También podemos sustituirla por bacon.
En ese mismo aceite freímos los trozos de conejo después de haberlos escurrido bien del adobo y pasarlos por harina.
Cuando están dorados añadimos la cebolla picada y la panceta que habíamos reservado.
Tapamos y cocinamos a fuego lento removiendo de vez en cuando hasta que la cebolla esté ligeramente pochada.
Añadimos el vino al adobo que nos quedó de macerar el conejo y lo echamos en la olla junto al agua necesaria hasta que casi llegue a cubrirlo.
Cocinamos hasta que el conejo esté bien tierno y la salsa espesa, más o menos una hora.
Tendremos especial cuidado en remover de vez en cuando para que no se pegue al fondo, ya que al llevar harina se agarra fácilmente.
Incorporamos las patatas que habremos frito en una sartén con aceite y las acabamos de cocinar diez minutos más junto al conejo.
Dejamos reposar cinco minutos y servimos caliente.
Aunque lo acompañé de unas patatas pequeñitas podemos optar por poner otra guarnición como: arroz, quinoa, verduras, o simplemente mojar pan en la salsa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario