Las patatas revolconas también llamadas meneás, machaconas o removidas, son un clásico de algunas provincias de Castilla León y Extremadura, aunque últimamente su consumo está extendido por toda la geografía nacional, ya sea servido en cazuela, como guarnición o sobre una tosta. En Ávila es la tapa más tradicional. Viene a ser un puré de patata aliñado con un refrito de ajo y pimentón, generalmente acompañado de panceta en torreznos, aunque algunos cocineros también le añaden chorizo en rodajas.
Ingredientes:
4 patatas grandes u 8 medianas
5 cucharadas de aceite
200 grs. de panceta carnosa
4 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cucharadita de pimentón picante
2 hojas de laurel
Sal
Pelamos las patatas, las cortamos en trozos y las ponemos a cocer con la sal y el laurel. Se pueden cocer enteras y con piel pero yo me decanto por pelarlas y cortarlas antes de cocinarlas.
Cuando están bien cocidas las escurrimos reservando un vaso de agua de la cocción.
Mientras se cuecen las patatas cortamos la panceta en trozos y la freímos en las cinco cucharadas de aceite, si la panceta tiene mucha grasa reducimos la cantidad de aceite. Cuando esté frita a nuestro gusto la retiramos y reservamos.
Trituramos un poco los ajos y los echamos en el aceite que nos quedó de freír la panceta, les damos unas vueltas en el fuego y antes de que cojan color ponemos el pimentón, inmediatamente para evitar que se queme, añadimos medio vaso del agua que habíamos reservado
Volcamos sobre las patatas que tenemos ya escurridas y las vamos aplastando con el mango del mortero o con un tenedor hasta que estén más o menos machacadas según nuestro gusto, si nos parece podemos añadirle más agua de la reservada hasta que tengan la consistencia deseada.
Las presentamos en una cazuela de barro con la panceta por encima.
También podemos presentarlas en forma de tosta, poniéndolas sobre una rebanada de pan tostado.
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