Estas tortitas además de ser un plato vegano, consumido en solitario, es adecuado para la dieta de los enfermos renales, para ello hemos utilizado las normas necesarias que debemos aplicar a las verduras para reducir su aporte de potasio: remojo y doble cocción.
Podemos servirlas como guarnición o como plato independiente, en este último caso podemos acompañar con una ensalada y con alguna salsa como puede ser una mayonesa o una de yogur.
La cebolla la trituramos con el ajo y dejamos a remojo al menos durante cuatro horas cambiando varias veces el agua.
Los pimientos después de remojados cortados en tiras gruesas durante 24 horas los ponemos a cocer en abundante agua fría unos diez o quince minutos, los retiramos, dejamos enfriar y los pelamos.
Remojamos los garbanzos 24 horas cambiándoles el agua tres o cuatro veces, los ponemos en una olla con abundante agua fría al fuego, al mismo tiempo ponemos al fuego también una segunda olla. Cocinamos los garbanzos diez minutos y los pasamos a la segunda olla que ya debe tener el agua hirviendo para que los garbanzos no se encallen y no queden duros. Cocinamos hasta que estén cocidos.
Ingredientes:
300 grs. de garbanzos cocidos
80 grs. de pimiento rojo después de escaldado y pelado
½ cebolla
2 dientes de ajo
Una ramita de perejil
1 cucharada de zumo de limón
Pimienta blanca
Cominos (opcional)
Sal
50 ml. de aceite de oliva
Pan rallado
Ponemos en una sartén el aceite con la cebolla, el ajo y los pimientos troceados. Pochamos lentamente.
En un recipiente echamos los garbanzos cocidos, el zumo de limón, la cebolla y pimientos que habíamos pochado, las especias y la sal. Trituramos e incorporamos el perejil picado.
Con las manos y ayudándonos de pan rallado, ya que queda una masa bastante blanda, vamos formando las tortitas.
Las hacemos lentamente a la plancha hasta que estén doradas, para darles vuelta nos ayudaremos de una espátula o algo similar para que no se nos rompan.
También las podemos hacer más grandes y delgaditas; en una sartén bien untada de aceite colocamos en el centro una tortita gruesa y con una cuchara la vamos aplastando y adaptándola al fondo de la sartén, dejamos que se tueste a fuego lento de un lado, le damos la vuelta ayudándonos de un plato como si fuese una tortilla de patata, volvemos a engrasar la sartén y la doramos del otro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario