Ingredientes:
4 huevos (220 grs)
150 ml. de aceite de oliva o girasol
70 ml. de leche
8 grs. de levadura en polvo
220 grs de azúcar
1 cucharada de miel
250 grs. de harina
Ralladura de limón
Una pizca de sal
Con estas cantidades salen unas veinte o veintidós magdalenas.
Batimos los huevos con el azúcar hasta que doblen su volumen, añadimos el aceite, la leche, la ralladura de limón, la miel y la sal. Batimos nuevamente hasta que esté todo bien mezclado.
Por último ponemos la harina con la levadura y removemos con una espátula y con movimientos envolventes hasta que la harina se integre bien con el resto de los ingredientes.
Guardamos en la nevera hasta que esté el preparado bien frío, tres o cuatro horas, incluso podemos dejarlo toda la noche.
Calentamos el horno a 250º, cuando esté caliente vamos rellenando los moldes de las magdalenas sin llegar hasta el borde, les ponemos un poco de azúcar por encima y los colocamos dentro de unos recipientes para muffins, yo utilicé unos que tenía de aluminio desechables.
Introducimos en el horno bajando la temperatura a 200º por espacio de quince minutos.
Tres cosas importantes para que las magdalenas suban bien son:
Guardar la masa en la nevera hasta que esté bien fría.
Precalentar el horno a 250º y bajarlo a 200º al meterlas.
Poner las cápsulas de papel de las magdalenas dentro de moldes para que no se esparramen hacia los lados.
En el que las puse hoy no es el más apropiado, aparte de que les cuesta cocerse por el fondo, deberían ser más altos.
Este sería más adecuado.
Las de esta foto las hice en moldes de silicona con forma de corazón.
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