La quinoa es una semilla que últimamente estamos incorporando en nuestra dieta, ya que está considerada como un súper alimento que goza de innumerables propiedades beneficiosas para nuestro organismo, al mismo tiempo nos proporciona las proteínas necesarias para una buena alimentación.
La podemos consumir tanto en platos salados: sopas, ensaladas, guisos…, como en suculentos platos dulces como cupcakes, bizcochos, pasteles, galletas...
Para cocinarla y que nos quede en su punto debemos seguir unas pautas.
Primeramente es imprescindible lavarla bien en varias aguas para eliminar la saponina que contiene y que no es beneficiosa para nuestro organismo. No debemos dejarla a remojo ya que la saponina se quedaría adherida y ya no la podríamos eliminar.
La colocaremos en un colador y dentro de un bol con agua.
La frotaremos con las manos y veremos que el agua se pone turbia, es la saponina que desprende.
Este procedimiento lo realizaremos cuatro o cinco veces hasta que el agua quede clara.
Para cocerla pondremos dos partes de agua por una de quinoa. Dependiendo de la receta en que la vayamos a utilizar podemos cocinarla en lugar de agua en un caldo de ave, pescado o verduras.
La coceremos en agua con sal durante más o menos quince minutos, a fuego lento hasta que haya consumido toda el agua, si pasado este tiempo aún no está seca apagaremos el fuego y con unos minutos de reposo acabará de secarse.
Ya está lista para utilizar en diversas preparaciones.
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