La receta se puede hacer con patas de cerdo frescas o saladas. A mí me gusta más con las patas saladas y remojadas para dejarlas en un punto justo de sal.
Ingredientes:
2 patas de cerdo (las puse saladas)
1 cebolla blanca
2 cebollas moradas
2 pimientos verdes, tipo italiano
1 puerro
2 dientes de ajo
1 cucharada colmada de carne de pimientos choriceros
4 cucharadas de tomate frito o 3 tomates triturados
1 hoja de laurel
2 vasos de agua de cocer las patas
5 cucharadas de aceite de oliva
El día anterior ponemos a desalar las patas en un recipiente amplio con agua, abiertas a la mitad, generalmente ya las venden así, pero si estuviesen enteras pediríamos al carnicero que nos las abriese, ya que en casa sería más difícil hacerlo.
Las cocemos con laurel, pimienta, ajo y clavo, hasta que estén bien tiernas, entre dos y tres horas en olla normal y alrededor de una hora en la rápida. Conviene que estén muy cocidas para poder deshuesarlas. Lo haremos mientras están calientes pues si se enfrían será más engorroso. Si preferimos las presentamos con los huesos, a nuestra elección. Cortamos cada parte a la mitad y las reservamos.
En una sartén ponemos el aceite con las cebollas, los ajos, los pimientos y el puerro picados. No hace falta que sean trozos muy pequeños.
Cuando estén pochados a fuego lento, sin dejar que tomen color añadimos la pulpa de los pimientos, el tomate, el laurel y los dos vasos del agua de cocer las patas.
Seguimos cocinando a fuego lento durante unos cuarenta minutos, hasta que esté todo tierno y la salsa haya reducido. La trituramos con la batidora de brazo hasta que quede bien fina.
Introducimos las manitas y cocinamos todo junto un par de minutos, dejamos reposar unos diez minutos y ya las tenemos a punto.
Las servimos siempre bien calientes, si están frías se endurecen.
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