Ingredientes:
2 trozos de pan de torrijas del día anterior
120 ml. de leche
2 cucharadas de azúcar
1 huevo (opcional)
Piel de limón
Piel de naranja
Canela en rama
Mantequilla
Azúcar para caramelizar
Las cantidades son orientativas para dos torrijas medianas, la cantidad de leche depende de la clase de pan que utilicemos, ante la duda siempre es mejor que nos sobre un poco a que nos falte.
Utilizaremos pan de brioche, de leche, de molde o pan de barra normal. Lo importante es que tenga una miga esponjosa y que lo cortemos grueso, sino se nos deshará.
Sobre todo cuando se acerca la Semana Santa las panaderías preparan panes especiales para las torrijas, generalmente es un pan más denso que el que usamos diariamente y se puede decir que casi todos dan buenos resultados, pero de todas maneras siempre podemos hacer las torrijas tradicionales aprovechando el pan que nos sobra de días anteriores.
En la siguiente foto vemos un pan que ya viene aromatizado con canela y limón.
Yo utilicé de barra del día anterior.
Cortamos trozos de unos diez cm. y le quitamos la corteza por los cuatro lados.
Infusionamos la leche con el azúcar, el palito de canela y las pieles de naranja y limón, ambas muy finas, sin nada de blanco. En cuanto empiece a hervir la retiramos y la dejamos templar.
Ponemos el pan en un recipiente hondo y le echamos la leche por encima, les damos la vuelta para que se empape por todas partes, aunque no demasiado pues se nos podrían romper. Cuando esté listo lo retiramos de la leche y dejamos que escurra un poco. Lo podemos pasar a continuación por huevo bien batido (yo no lo hice).
Ponemos mantequilla en una sartén antiadherente, cuando se derrita freímos a fuego lento las torrijas por todos los lados, no hace falta que se doren, pues luego las vamos a caramelizar.
El caramelizado lo podemos hacer de dos maneras: en la sartén o con el soplete.
Yo casi siempre lo hago con el soplete pues me parece mucho más práctico.
Si
optamos por la sartén pondremos mantequilla y azúcar en la sartén y
doramos la torrija por un lado, le damos la vuelta y hacemos lo mismo
con el lado opuesto.
Si las vamos a caramelizar con el soplete no las pasaremos por huevo, las
colocamos en el recipiente en el que las llevaremos a la mesa, ponemos
azúcar por el lado que va a quedar debajo, le aplicamos el soplete hasta
que se empiece a caramelizar, le damos la
vuelta, volvemos a poner azúcar en ese otro lado y lo caramelizamos
hasta que coja un bonito color dorado sin que llegue a quemarse.
Las acompañamos con una bolita de nuestro helado favorito.
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