Estos pastelitos tienen su origen en Asturias, concretamente en el pueblo de Salas. El nombre lo toman por ser elaborados a principios del siglo XX en un café restaurante llamado La casa del profesor.
Hoy en día se siguen elaborando en el mismo lugar, que actualmente está regido por familiares de su fundador.
Son uno de los postres emblemáticos de la comunidad asturiana.
Aprovechando parte de las claras que no utilizamos en los almidoncitos venezolanos elaboramos estos ricos pastelitos de avellana.
Ingredientes:
150 grs. de avellanas tostadas
60 grs. de azúcar
1 clara de un huevo mediano
Empezamos por moler las avellanas, lo podemos hacer con la picadora pero teniendo la precaución de que no deben quedar como harina, deben tener una textura gruesa, como se ve en la foto.
Si las avellanas no estuvieran tostadas procederíamos primeramente a tostarlas, las dejaríamos enfriar antes de triturarlas.
Las mezclamos con el azúcar y con la clara formando una pasta no demasiado consistente.
Generalmente con una clara es suficiente, pero depende mucho del tamaño de la clara, si es muy grande nos quedará la pasta demasiado suelta y si es muy pequeña es probable que tengamos que añadir parte de otra. Eso ya lo vamos viendo sobre la marcha.
Con una cuchara vamos formando montoncitos que colocaremos en una placa de horno sobre papel vegetal.
Horneamos a 180º hasta que estén ligeramente dorados.
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