Ingredientes:
700 grs. de mejillones
4 cucharadas de pan rallado
2 tomates medianos maduros
1 cucharadita de pimentón dulce
1 cebolla mediana
La parte blanca de un puerro
2 dientes de ajo
Un par de ramas de perejil
3 cucharadas de aceite de oliva
Un chorrito de vino blanco
Generalmente no hace falta poner sal, entre los mejillones y el agua de abrirlos al vapor ya aportan el suficiente. Ahora que al finalizar la probaremos y si está sosa le ponemos el necesario.
Limpiamos y lavamos los mejillones. Los ponemos en una olla sin nada de agua con una hoja de laurel. Los llevamos al fuego tapados hasta que se abran al vapor (receta aquí). Los dejamos enfriar, les retiramos la concha y los reservamos junto al agua que soltaron.
Pochamos la cebolla y el puerro bien picados en las tres cucharadas de aceite, a fuego lento, hasta que se ablanden pero cuidando que no se tuesten.
Cuando estén a punto ponemos la cucharadita de pimentón y a continuación sin dejar que se queme el pimentón regamos con el chorrito de vino blanco, dejamos que evapore un par de minutos y añadimos el tomate pelado y cortado en trocitos pequeños.
Majamos los ajos con el perejil y lo añadimos a la olla.
Esperamos que se ablande el tomate, lo aplastamos un poco con un tenedor e incorporamos el agua que soltaron los mejillones aumentada hasta un litro y medio con agua del grifo.
Cocinamos durante quince minutos a fuego lento, echamos las cuatro cucharadas de pan rallado, las vamos incorporando en forma de lluvia y removiendo al mismo tiempo para evitar que se formen grumos.
Cocinamos cinco minutos más y agregamos los mejillones cortados con unas tijeras en varios trozos.
Servimos caliente y si nos gusta podemos ponerle por encima perejil picado.
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