Este bizcocho es de los más fáciles, ya que ni tenemos que batir demasiado ni que pesar o medir cantidades.
Partiendo de la base del bizcocho de yogur podemos incorporarle un sinfín de ingredientes que lo enriquecen y lo hacen en cada caso especial.
Ingredientes:
1 yogur natural (120 grs.)
3 huevos (155 grs.)
1 naranja (150 grs.)
1 medida de yogur de aceite de oliva suave (80 grs.)
2 medidas de yogur de azúcar (190 grs,)
3 ½ medidas de yogur bien llenas de harina (250 grs.)
1 sobre de levadura en polvo
Aunque no es necesario pesar los ingredientes, los pesé por si a alguien le resulta más cómodo que medirlos con el envase del yogur.
Encendemos el horno a 180º para que esté caliente cuando acabemos de preparar la masa del bizcocho.
Rayamos la piel de la naranja teniendo la precaución de rayar solamente el exterior y no la capa blanca.
Luego pelamos bien la naranja y la cortamos en trozos.
En un bol ponemos los huevos, el azúcar, el aceite la ralladura de naranja y la pulpa que habíamos troceado. Trituramos bien con la batidora de brazo, añadimos la harina y el sobre de levadura,
seguimos batiendo con la misma batidora hasta que esté todo bien mezclado y sin grumos.
Vertemos en un molde enmantequillado y enharinado y lo metemos en el horno ya caliente durante unos treinta y cinco minutos, aunque eso ya depende de cada horno, introducimos un palillo en el bizcocho y si sale limpio es que ya está cocido.
El tiempo de cocción también depende del tipo de molde que utilicemos, yo lo hice en uno de corona pero si usamos uno rectangular o más pequeño nos quedará más alto y tardará más en cocerse. De todas maneras cuando pensemos que ya puede estar lo vigilaremos porque si se pasa de cocción se queda demasiado seco.
Si es de nuestro agrado podemos ponerle cuando esté frío azúcar glas por encima.
Aquí está hecho en otro tipo de molde y adornado con rodajas muy finitas de naranja antes de hornearlo y al sacarlo del horno pintamos las rodajas con caramelo líquido y ponemos unas cerezas confitadas.
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