sábado, 22 de julio de 2017

Pimientos de Padrón fritos


Si hablamos de gastronomía gallega no puede faltar una mención a los pimientos de Padrón, por eso me parece justo dedicar una entrada exclusivamente para ellos.



En el mercado hay una gran cantidad de pimientos denominados de Padrón, pero en realidad de Padrón (Herbón) son únicamente una pequeña cantidad.
Es muy raro comer verdaderos pimientos de Padrón fuera de Galicia ya que no se producen en grandes superficies y casi toda la producción se queda en el mercado local.







En Herbón se cosechan de mayo a octubre y en el verano están en su momento culminante.
Para que no nos den gato por liebre, o los compramos a agricultores de la zona de Herbón o deben llevar el sello de la Denominación de Origen Protegida.




De todos es  sabido que una de las características de estos pimientos es que algunos pican, es conocida la frase "os pementos de Padrón uns pican e outros non"; en teoría deberían picar sobre un 10% pero muchas veces falla y es mayor o menor la cantidad de los que resultan picantes. Una misma planta da pimientos dulces y picantes y el picor depende tanto de las características genéticas como de las ambientales.





Para freír  estos pimientos los lavamos y secamos bien, les quitamos el rabo pues, aunque en algunos lugares lo fríen con él, no se come y puede dar amargor al aceite.








Freímos en una sartén con abundante aceite de oliva caliente, les damos vueltas constantemente para evitar que se quemen y en dos minutos están listos. Si los queremos un poco más pasados los dejamos un minuto más.





Los retiramos y les ponemos sal gruesa o Maldon, yo opto por la gruesa pues me parece más tradicional.


Se toman como aperitivo o como guarnición de innumerables platos, tanto de carne como de pescado. Riquísimos como acompañantes de unas sardinas asadas o de una tortilla de patatas.

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