Ingredientes:
200 grs. de lomo de salmón
200 grs. de lomo de
bacalao
200 grs. de azúcar
600 grs de sal gruesa
1 cucharada de sal ahumada (opcional)
Con antelación congelamos
el pescado, pues como lo vamos a consumir crudo prevenimos los efectos nocivos
del anisakis.
Lo descongelamos y
preparamos los lomos, les sacamos las espinas y les dejamos la piel.
El bacalao coge la sal
antes que el salmón, de manera que si no queremos que quede demasiado salado si
hacemos las dos salazones juntas lo retiraremos antes.
La cantidad de sal ahumada
podemos aumentarla o disminuirla según nuestro gusto, deberemos tener en cuenta
que tiene un sabor muy fuerte. Incluso si no nos agrada podemos suprimirla.
Mezclamos bien el azúcar
con la sal gruesa y la ahumada y cubrimos el fondo de un recipiente, colocamos
los lomos de pescado con la piel hacia abajo.
Ponemos otra capa gruesa de sal hasta que quede bien cubierto el pescado.
Tapamos el recipiente y
guardamos en la nevera de 12 a 24 horas, dependiendo del
grosor del pescado y de cómo nos gusta que nos quede de duro y salado.
Lo retiramos de la sal. Lo
lavamos y secamos bien con un papel de cocina.
Lo cortamos en
lonchas finas.
Regamos con aceite de oliva y si queremos aromatizamos con alguna especia, generalmente eneldo y pimienta.
Si no lo vamos a consumir en el momento, lo guardamos en la nevera cubierto de aceite de oliva., dura varios días.
Procedimiento rápido de marinar el salmón
Otra manera de preparar el salmón, que es mi preferida, es sin añadir ni azúcar ni sal ahumada. Me gusta más que de la manera anterior, el sabor que le da el azúcar no me resulta muy agradable y además para mi gusto toma un exceso de sal. Con este procedimiento no queda tan curado, pero sí muy rico.
Hacemos igual que anteriormente pero en lugar de hacer la mezcla ponemos únicamente sal y mucha menos cantidad.
En un recipiente ponemos una fina capa de sal, colocamos el salmón con la piel hacia abajo.
En la parte de arriba tenemos la opción de antes de poner la sal aderezarla con nuestras especias favoritas como: pimienta, eneldo, laurel... o solamente cubrir con otra fina capa de sal.
Lo tapamos con film de cocina.
Opcionalmente le podemos poner un peso encima (puse un brik de leche) y lo guardamos en la nevera durante unas cuatro o cinco horas dependiendo de su grosor.
Cuando lo retiramos lo lavamos y secamos bien con papel de cocina. Con un cuchillo bien afilado cortamos lonchas finas que vamos depositando en un recipiente apropiado.
Rociamos con aceite de oliva virgen y está listo para utilizar en múltiples preparaciones.
Aquí aderezado con pimienta y eneldo
Aderezamos.
Salamos.
Retiramos de la nevera después de 5 horas. Lavamos, secamos y cortamos.
Al estar menos curado y salado yo lo conservo en la nevera solamente un par de días, ahora que si lo cubrimos de aceite lo podemos guardar algún tiempo más.
En las siguientes fotos está reflejado como también se puede hacer recién sacado del congelador, o sea que le ponemos la sal gruesa estando congelado, lo tapamos y lo dejamos cinco horas a temperatura ambiente, fuera de la nevera.
Le retiramos bien toda la sal con papel de cocina, lo cortamos fino y lo rociamos de aceite de oliva virgen como hicimos anteriormente.