Las patatas al ajillo son una muy buena guarnición como acompañantes de innumerables platos, o para degustar como tapa o aperitivo. Aquí las presentamos con una carne a la brasa.
Ingredientes:
3 patatas medianas
10 dientes de ajo
1 guindilla
Aceite para freír
Sal
Un chorro de vino blanco (opcional)
En una olla con agua fría ponemos a cocer las patatas que previamente habremos pelado, lavado y cortado en dados de tamaño bocado.
Mientras se cuecen las patatas ponemos una sartén al fuego con suficiente aceite para freír las patatas, chafamos ligeramente ocho dientes de ajo y los freímos a fuego lento, hasta que estén blandos sin dejar que se quemen.
Cuando estén a punto los retiramos a un plato y en ese mismo aceite echamos las patatas que deben estar a media cocción, acabamos de hacerlas en la sartén a fuego fuerte para que se doren por fuera y queden blandas por dentro. Cuando están crujientes las escurrimos del aceite y reservamos.
También se pueden hacer sin cocerlas, solamente fritas pero para mi gusto quedan más ricas hirviéndolas primero, suflan un poco y eso les da un toque especial.
Retiramos el aceite de la sartén y dejamos solamente como una cucharada en la que freiremos los dos dientes de ajo que nos quedan, pelados y cortados en trozos pequeños, con la guindilla en rodajas. Cuando estén empezando a dorarse volvemos las patatas a la sartén y las mezclamos bien con los ajos troceados y la guindilla, en ese momento podemos regarlas con un chorro de vino blanco y luego les damos fuego fuerte para que se evapore. Salamos con sal gruesa.
Colocamos por encima los ajos que habíamos frito enteros y servimos de inmediato.
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