lunes, 25 de noviembre de 2019

Procedimientos para facilitar la cocina en la dieta de enfermedad renal

La dieta que deben seguir las personas con enfermedad renal avanzada en las tres fases: prediálisis, diálisis o trasplante hace modificar substancialmente nuestros hábitos culinarios, ya que debemos reducir la ingesta de sal, proteínas, fósforo y potasio.
Para ello para reducir una parte de potasio debemos recurrir a determinados procedimientos, como el remojo y la doble cocción, cuando queremos consumir vegetales.
En esta entrada voy a poner los procedimientos que yo utilizo por si le pueden servir a alguien para que resulte más práctico a la hora de preparar ciertos platos.


Sacamos a los puerros la parte más verde y dura, los lavamos bien y los troceamos. Los ponemos a remojo cuatro horas cambiando el agua tres o cuatro veces. Los escurrimos bien e introducimos en una bolsa grande cuidando que queden estirados y formando una capa fina. Los congelamos y cuando ya estén duros los golpeamos para que se desmoronen, los volvemos a meter en la bolsa y ya quedan listos para retirar los que necesitemos en cada ocasión.


Ponemos las lentejas a remojo durante 24 horas cambiando el agua varias veces. Las llevamos al fuego en una olla con agua fría, dejamos hervir unos cinco minutos y las escurrimos. Cuando estén frías las congelamos y las tenemos listas para prepararlas en cualquier momento y de la manera que elijamos.
Aquí las tenemos listas para meter en el congelador:




Remojamos el brócoli durante 24 horas cambiando cuatro o cinco veces el agua, lo ponemos a hervir en agua fría, dejamos cocinar cinco minutos, lo escurrimos, dejamos enfriar y congelamos en una bolsa poco apretado para que cuando esté congelado podamos tomar la porción deseada.


Trituramos dos cebollas con tres dientes de ajo, lo ponemos a remojo en un bol con agua durante cuatro horas, de vez en cuando lo escurrimos sobre un colador, las volvemos al bol y le ponemos agua nueva, así varias veces. Las escurrimos finalmente, con una cuchara prensamos sobre el colador para retirar toda el agua posible. La metemos en una bolsa aplastándola para que quede una capa fina. La congelamos y cuando está dura rompemos la lámina en trozos y vamos cogiendo a medida que vamos necesitando.


Lo mismo hacemos con la cebolla en juliana. Después de remojarla durante cuatro horas cambiando el agua tres o cuatro veces la escurrimos bien y la congelamos sin apretarla para que no forme un bloque muy compacto, queremos que nos quede un poco suelta y podamos ir retirando la que necesitemos.
Si queremos cortarla más menuda la podemos meter así congelada en la picadora que en unos segundos la pica del tamaño que deseemos.


Las judías verdes las preparo en trozos no muy grandes y las pongo a remojar 24 horas cambiando el agua varias veces. las pongo en agua fría al fuego y las dejo hervir diez minutos, las escurro, las dejo enfriar y las congelo en una bolsa amplia, de manera que queden extendidas, cuando están congeladas las desmorono y ya quedan listas y sueltas para utilizar en la ocasión deseada.



Compro pimientos rojos, que sean de carne gruesa y pesada,  los corto en tiras anchas, los remojo 12 horas, cambiando varias veces el agua, los pongo al fuego en una olla con agua fría. Cuando hierven los dejo cocer más o menos diez minutos, los escurro, dejo que enfríen un poco y les retiro la piel.


Hago paquetitos con arreglo a mis necesidades y los llevo al congelador.

 
Si preferimos congelarlos crudos los pondremos en remojo 12 horas cambiando dos o tres veces el agua, les damos un hervor de dos o tres minutos en abundante agua, los escurrimos y congelamos en una bolsa que queden holgados, cuando estén duros ya los separamos unos de otros y los conservamos en el congelador. 
 
 
Con este método, al sacarlos del congelador para cocinarlos, si los queremos pelar los pasamos por agua y antes de que se ablanden resulta muy fácil retirarles la piel, mucho más sencillo que si los pelamos después de cocidos.
 

Aquí preparamos el repollo (col) remojándolo cuatro horas cambiando el agua varias veces, luego lo ponemos a hervir en agua fría durante quince minutos, lo escurrimos.


Cuando esté frío lo envasamos, metemos al congelador y lo tenemos listo para ponerlo a cocinar en la ocasión deseada.


El tomate es uno de los vegetales más problemáticos, por eso es mejor consumir poca cantidad y en conserva, pero debe ser entero, no triturado ni frito. Como aunque compremos un bote pequeño nos va a resultar demasiado para utilizarlo en una sola vez, debemos desechar el líquido, enjuagar cada tomate, usar el que necesitemos y el resto los envolvemos de uno en uno en papel film y  también los congelamos.



Es preferible comprar los guisantes congelados pero de todos modos yo los pongo a cocer en agua fría y cuando están tiernos los escurro, dejo enfriar y los vuelvo a congelar en una bolsa, formando una capa fina, poco apretados para que no formen bloque; al endurecer los desmorono y guardo de nuevo en la bolsa. Así quedarán sueltos y puedo coger los necesarios en cualquier momento.


La zanahoria la cortamos en trozos pequeños, la remojamos 24 horas cambiando varias aguas, la ponemos a cocinar en agua fría, cuando hierva la dejamos cocer unos cinco minutos y la pasamos a otra olla que tendremos con agua hirviendo, cocinamos hasta que esté tierna. La escurrimos.
Dejamos enfriar y congelamos en una bolsa, aplanándola y procurando que no quede muy apretada.


Cuando se congele la golpeamos para que se desmorone y así guardarla de manera que nos sea cómodo ir tomando las porciones deseadas.




Los pimientos verdes, ya sean italianos o blancos, como los de la fotografía, les saco el tallo con las semillas, los lavo por dentro y por fuera, dejo en remojo cuatro horas cambiando el agua varias veces, luego los pongo en una olla con agua fría, les doy un hervor, escurro y dejo enfriar.


Cuando están fríos los congelo y están listos para freír así enteros o para cortarlos y añadir a otros platos.


Separamos la coliflor en ramilletes no muy grandes, la remojamos 24 horas cambiando varias veces el agua. La ponemos en una olla con agua fría, la llevamos a ebullición y mantenemos diez minutos al fuego. 
La escurrimos, dejamos enfriar y la congelamos sin apretarla en la bolsa, para que quede suelta y podamos ir retirando la que necesitemos en cada ocasión.


Si tenemos estos ingredientes básicos preparados en el congelador nos evitamos mucho trabajo a la hora de cocinar, aparte de poder hacer un plato en cualquier momento pues ya tenemos hecho el proceso de disminución del potasio.
 

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